Por Damián Jacubovich geopolitólogo
Sindicalismo regional
Como una de las consecuencias de esta
nueva era pluripolar y comunicacional, los países del globo viven procesos de
regionalización o también llamados de conformación de bloques regionales.
Dichos procesos de integración regional apuntan en su mayoría a constituir un
mejoramiento en la calidad de vida del ciudadano, tanto en el aspecto cultural,
ambiental, económico, social, político, etc.
En el caso del Cono Sur, los bloques regionales más consolidados
resultan ser UNASUR y el MERCOSUR (en menor medida la Alianza del Pacífico);
pero aún dichos procesos se encuentran en etapa de gestación, por lo tanto de
gran fragilidad.
¿Dentro de ese contexto, cabe preguntarse acerca del rol y del aporte de los
movimientos sociales en general y del sindicalismo en particular en el proceso
de consolidación de los bloques regionales suramericanos?
Para entender la actualidad
sindical, es necesario remontarse a las décadas de 1980 y 1990, en dónde la caída del bloque soviético en el plano ideológico y
las políticas económicas neoliberales aplicadas en
la región impactaron fuertemente en el sindicalismo suramericano. La
liberalización del mercado, la reducción del Estado, las privatizaciones del
sector público, la flexibilización laboral, etc…modificaron de manera profunda los
mercados de trabajo, generando en la región un incremento acentuado de la
economía informal: hoy, pese a que la informalidad cayó en los últimos años,
aproximadamente el 50% de la fuerza laboral regional trabaja en la actualidad
de manera irregular, el porcentaje de las mujeres resulta
aún mayor.
Estos y otros cambios afectaron fuertemente el movimiento sindical de distintas
formas, sobre todo con una fuerte reducción
de la tasa de afiliación sindical mayormente en
el sector privado de la economía. Esto sumado a un discurso mediático que ha sabido describir los sindicatos
como actores anacrónicos y prehistóricos representando un serio obstáculo para la
modernización de los países. Tampoco pueden dejarse de mencionar los numerosísimos
casos de corrupción en dónde numerosos sindicalistas de la región se han visto
afectado, dando lugar a un paradigma muy difícil de digerir para la masa
laboral: el sindicalismo como fuente de enriquecimiento personal, lideres
sindicales millonarios.
Todos estos factores enumerados han contribuido
al debilitamiento de las fuerzas sindicales en la mayoría de los
países latinoamericanos. Siendo los casos de Brasil
y Bolivia dos casos a parte en dónde líderes sindicales como Luiz
Inácio Lula da Silva y Evo Morales respectivamente llegaron a la presidencia de
sus países.
Los procesos de integración y los acuerdos comerciales, tanto regionales como bilaterales, generan nuevos retos y nuevas oportunidades para el sindicalismo latinoamericano. Tener mayor grado de incidencia en el mejoramiento de la calidad de vida del ciudadano en América Latina aún es muy exiguo.
A nivel suramericano se puede nombrar a la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS): fundada en 1986 y la Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas (CCSA).
En América Latina también se desempeña el movimiento Confederación Sindical Americana (CSA), fusión de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) y la Confederación Latino Americana de Trabajadores (CLAT) y finalmente Confederación Sindical Internacional (CSI): qué es global y ha sido formada en 2006.
"Creemos que la Unasur es un proceso que interesa a los sindicatos de la región, pero no puede ser un proceso solamente de los gobiernos", dice el secretario general de la CSA, Víctor Báez Mosqueira. "Es urgente la participación de los trabajadores y trabajadoras y de toda la sociedad."
Bibliorafía
El sindicalismo frente al MERCOSUR, María Silvia Portela de Castro, Friedrich-Ebert-Stiftung, 2007.
El Proceso de Integración Suramericano y Elementos para una Estrategia Sindical, Porto Alegre / João Pessoa Octubre de 2010