¿Qué es la geopolítica militar? ¿Porqué son tan poderosos los lobbies militares? y el militarismo estadounidense



Por Damián Jacubovich, geopolitólogo, especialista en geoestrategia y cuestiones de defensa 

¿Porqué es importante interesarse a la cuestión de defensa o militar?
“La imbecilidad del hombre ha llegado tan lejos, que la paradoja de este sistema es que la guerra representa el mejor de los negocios y la paz no”. 
¿La primera pregunta que podemos hacernos sería cuál es el interés de volcarse a la cuestión militar y porqué es importante en materia de geopolítica mundial?
La geopolítica militar o de defensa es uno de los prismas o lentes más importantes (porque justo es reconocer que existen varios a la hora de analizar la geopolítica planetaria) para evaluar la manera en que se encuentran repartidos los mayores centros de poderes del mundo. Por consiguiente cuando hablamos de geopolítica militar hacemos entonces referencia tanto a la capacidad de producción, compra y transferencia de armas como a la repartición armamentística que tienen los países o bloques regionales por el mundo.
Si uno analiza en que instancia se reúnen las 4 grandes potencias mundiales, es decir, China, Rusia, Estados Unidos y Europa (Europa lo hace a través de sus representantes en este consejo que son el Reino Unido y Francia), nos damos cuenta que justamente se reúnen en el Consejo de Defensa de la ONU, que es el organismo que decide ni más ni menos que la guerra y la paz en el mundo (por más que históricamente las decisiones de este órgano no siempre haya sido respetado).
Por otro lado, si examinamos cuales son los 3 países que más gastan en armamento (por lo tanto mejor armados) a nivel mundial, también nos damos cuenta que la correlación de poderes se repite, es decir aparecen a la cabeza: Estados Unidos, China y Rusia.

Siguiendo con la importancia que tiene el área de la Defensa en la geopolítica actual y como veremos a continuación la preponderancia de los Estados Unidos y para tener al mismo tiempo una idea de la importancia que tiene el área de defensa en el mundo, observamos que según un estudio publicado por el Foro Económico Mundial que ha contabilizado la cantidad de  trabajadores que poseen las grandes corporaciones u organismos y así poder determinar quiénes son los mayores empleadores del mundo,  este informe revela que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos es el mayor empleador individual del planeta, con unos 3.2 millones de trabajadores en su nómina. Le sigue su contraparte china en el segundo lugar: el Ejército de Liberación Popular tiene 2.3 millones de trabajadores. Y en tercer lugar aparece la empresa Wal-Mart 2.1 millones de empleados.

Más datos sobre el peso del área de defensa en la economía mundial. Según la ONG sueca el SIPRI, el órgano que monitorea el transfer y el gasto de armas de los países del globo,  se calcula que el gasto militar mundial en 2013 ha sido de 1,75 billones de dólares, cifra que representa el 2,5% del producto interior bruto mundial, o sea 249 dólares por persona en el mundo.
Tal vez a algunas personas, 250 dólares anuales por habitantes no le parezca una suma de importancia; pero si tenemos en cuenta que en el área de salud por ejemplo en Afganistán el Estado logra gastar  55 dólares anuales por habitante, que en Etiopía esa cifra baja a 25 dólares y que en Haíti son 77 dólares, el análisis de la suma tal vez resulte diferente.

 Es importante de notar que este total es superior al de cualquier año entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y más allá del 2010.


¿Cuánto cuestan las guerras? Las cifras implicadas son fabulosas
Cuando Occidente decide intervenir en Libia, en marzo del 2011, y sacarse de encima al Colonel Kadafi en pleno auge de la Primavera Árabe, lo primero que hace la coalición occidental es acabar con las defensas anti-aéreas y puntos comunicacionales de importancia que tenía Libia en ese momento; para eso se realizan lo que se llama bombardeos estratégicos (que se diferencian de los bombardeos tácticos) mediante el disparo de misiles / bombas de tipo BGL (Bombas guiadas por Laser). Francia, entonces bajo la presidencia de Nicolás Sarkozy, lanza la operación Harmattan,  disparando desde sus aviones los misiles BGL 1000 que tienen un costo de  350 000 euros la unidad. La operación dura 6hs30 y son utilizados 12 aviones cazabombarderos y 6 aviones de aprovisionamiento. La hora de vuelo de Rafale y Mirage cuestan aprox unos 12.000 dolares, es decir que esta operación salió alrededor del 1.000.000 dólares solamente en horas vuelo sin contar el costo de los misiles BGL 1000.   
Horas más tarde entran en acción Estados Unidos e Inglaterra. Una veintena de objetivos compuestos de nudos comunicacionales estratégicos y de sistemas de defensas antiaéreas de Libia son destruidos mediante el disparo de  124 misiles cruceros BGM-109 Tomahawk que cuestan  650 000 dólares la unidad. O sea que en horas se gastan solo en disparo de misiles 80 millones de dólares y encima, todos los analistas son casi unánimes a la hora de decir que el ataque a Libia fue uno de los mayores errores estratégicos de la primavera árabe, con consecuencias directas en la crisis de los migrantes y el crecimiento del Estado Islámico.
Las guerras cuestan caro, sin contar la comida, el alojamiento, las infraestructuras, hospitales, ejércitos privados, psicólogos, un sinfín de elementos que se necesita para el traslado de las tropas, etc…

Costo de aviones caza
F/A-18 Hornet: $94 millones
El F/A-18 Hornet es un avión capaz de atacar objetivos aéreos y terrestres. Entró en servicio por primera vez en los 80 y fue utilizado por primera de manera oficial en la llamada operación Tormenta del desierto en 1990, respuesta estadounidense a la invasión iraquí a Kuwait.
F-22 Raptor: $350 millones lo más avanzado en el mercado, hecho por la Lockheed Martin
Tambien existen sumas astronómicas de 2.400 millones de dólares como es lo que cuesta el B-2 Spirit: El Congreso de EE.UU. en 1987 redujo su orden de compra inicial de 132 a 21 aeronaves (más de las reservas de dólares que tiene la Argentina) (actualmente 20 en servicio luego del accidente de 2008). El B-2 Spirit es difícil de detectar a través de señales de infrarrojos, acústica, electromagnética, o de señales de radar gracias a su tecnología Stealth. Esta capacidad de sigilo lo hace capaz de penetrar y atacar blancos enemigos en cualquier parte del mundo sin ser detectado. Participó en la guerra de Kosovo, Iraq y Afganistán.
Observando lo dicho anteriormente, va materializándose la respuesta de  porqué el lobby militar es uno de los más importantes, o bien el más importante en el mundo, tanto por la incalculable  masa financiera que se mueve como por su poder de acción sobre la geopolítica del mundo.
Imagínense de lo que puede ser capaz un Gerente de Marketing de una empresa que fabrica armamento en pos de que se generen guerras en el mundo.

¿Y porque el lobby militar estadounidense es el más importante?
Estados Unidos es, bien es sabido, la superpotencia de la actualidad, no solo a nivel financiero sino a nivel militar; y en este último eje su supremacía resulta mucho mayor que en el primero. Es el único país  en el mundo con capacidad de proporcionar combates en simultáneo en todas las regiones de la Tierra a través de sus 6 comandos militares geográficos.   


De las 10 empresas más importantes en materia de Defensa, siete son norteamericanas.
Pero no se puede hablar de lobby armamentístico o militar sin nombrar al Complejo Militar Industrial (CMI), este nombre es utilizado para señalar los procesos y las relaciones financieras que vinculan los legisladores, las fuerzas armadas y el sector industrial que los sostiene.

Geopolítica de Ecuador y Chile: trasfondo geopolítico del encuentro entre Michelle Bachelet y Rafael Correa

Por Damián Jacubovich

Audio / podcast sobre el encuentro entre Michelle Bachelet y Rafael Correa
http://www.ivoox.com/geopolitica-chile-ecuador-encuentro-entre-los-audios-mp3_rf_9039488_1.html

Si en su visita a Ecuador del 14 de Octubre, la presidente chilena Michelle Bachelet llegó acompañada de 15 de sus ministros, es que el encuentro con su par ecuatoriano Rafael Correa, ameritaba tal despliegue.   

En las ciencias políticas latinoamericanas, va ganando paulatinamente un espacio en el ámbito discursivo, el  neologismo “enjuegos”, proveniente del francés “enjeux”, palabra que describe lo que se encuentra justamente en juego en lo que respecta una cuestión determinada. En ese sentido, en el encuentro entre ambos mandatarios, los “enjeux” eran múltiples y de gran importancia, tanto para ambos países como a nivel regional.
La visita, en este caso Michelle Bachelet, llegaba al encuentro con un 22% de popularidad en su país, un mínimo histórico luego de los casos de corrupción que salpicaran su gobierno; mientras que el local, Rafael Correa, se encuentra en una situación prácticamente inversa, con una aceptación popular del 63%.
Del lado de Chile, uno de los puntos más esperados, era obtener el respaldo ecuatoriano en la disputa que mantienen Chile y Bolivia por la salida de este último al mar.  Para la diplomacia chilena resultó entonces un gran logro, el hecho de que el mandatario Rafael Correa afirme respecto a este asunto “que esa controversia se procese de forma fraterna y amigable”.
Para Ecuador, el encuentro, una ocasión de poder limar asperezas con uno de los “niños mimados latinoamericanos y preferidos por Occidente” que es Chile y la posibilidad de ratificar así la cooperación entre ambos países en materia de minería, educación, seguridad y justicia.
Merece la pena, además, a la hora de analizar el tipo de relación que une a ambos países, el observar que mientras que las empresas chilenas que se han establecido en Ecuador se sitúan en el sector aeronáutico, metal-mecánica, construcción, servicios financieros, papeleras-cartoneras, logístico y transporte marítimo, por su lado las empresas ecuatorianas que se han mayormente desplazado a Chile corresponden a la ropa, café, cacao, chocolate y banano.
Finalmente, el plano regional también tuvo sus repercusiones, teniendo en cuenta, que este era uno de los primeros desplazamientos de la presidenta Bachelet a pocos días de que Chile firmara el Acuerdo Transpacífico, un tratado que lo une, aún más, económicamente, a la gran potencia norteamericana, y no facilita en nada el proceso de integración regional, ya ralentizado por las crisis venezolana y brasileña, y sin capacidad de reacción por el momento. Bien es sabido que el presidente Rafael Correa, es uno de los mandatarios latinoamericanos que más pugnan por la consolidación del bloque regional suramericano; por ese motivo es de suponer que el tema de Chile y su rol dentro de los bloques regionales de UNASUR y CELAC no pueden haberse mantenido al margen del encuentro bilateral mantenido entre ambos países.
 

Audio / podcast sobre la geopolítica Firma del Acuerdo Transpacífico «Trans Pacific Partnership» (TPP) por Damián Jacubovich

Audio sobre las consecuencias geopolíticas para América Latina y China 
por el geopolitólogo Damián Jacubovich
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Artículo sobre la geopolítica de la Firma del Acuerdo Transpacífico por Damián Jacubovich
 

Si algunos analistas y geopolitólogos aún vacilaban a la hora de afirmar que la nueva geopolítica estadounidense se centra mayormente en la zona de Asia Pacífico y ya no en Rusia ni tan siquiera en el Medio Oriente, la firma del nuevo tratado de Libre Comercio «Trans Pacific Partnership» (TPP) habrá de seguro, acabado con las dudas de los más escépticos. Tanto para China como para el proyecto de integración latinoamericana, la confirmación de dicho acuerdo también presume una serie de consecuencias no menos significativas.   
Vale recordar que la zona de Asia Pacífico implica el 40% de la población mundial, más del 50% del PIB mundial.
El pasado 05 de octubre del 2015, doce países con salida hacia la Océano  Pacífico han sellado un acuerdo, dando así nacimiento a la mayor zona de libre comercio del mundo y otorgándole al presidente estadounidense Barack Obama, una victoria política que él mismo ha descripto como “el marco comercial del siglo XXI”.
Los países firmantes son: Australia, Brunéi, Canadá, Nueva-Zelanda, Japón, Malasia, Singapur, Vietnam, México, Chile, Perú y Estados Unidos que representan ni más ni menos a todos ellos el 40% del comercio mundial.
El impacto geopolítico a nivel global no es menor. Este acuerdo que busca entre otras cosas, establecer las reglas para el libre-comercio del siglo XXI, obligaría al nuevo y principal adversario estadounidense, que es China, y que valga la aclaración, no forma parte de los países firmantes, a adaptar sus propias reglas en materia de comercio, inversiones y de derecho comercial, a aquellas reglamentaciones establecidas por el TPP.
Respecto a este punto, Barak Obama fue muy claro y directo al afirmar en un comunicado: «Cuando un 95% de nuestros potenciales clientes viven por fuera de nuestras fronteras, no se puede dejar a países como China, dictar las reglas de la economía mundial». De esta manera, el objetivo estadounidense parece haberse cumplido: con la firma del TPP, surge un serio contrapeso a la economía china en la región.
Cabe mencionar que en este tipo de relaciones, las concesiones no suelen realizarse de los dos lados. La historia  nos muestra que aquellos que se eencuentran en posición de fuerza suelen imponer sus normas a los demás. Cuando se mira el ranking de las  multinacionales a nivel mundial, nos damos cuenta que existe efectivamente una fuerte dominación mundial de los Estados Unidos: sobre las primeras 100 multinacionales, 60 resultan americanas. Se puede prever que a priori en numerosas sectores, sean las normas norteamericanas las que se impongan sobre los otros países. No es de extrañar que para numerosos analistas,  la implementación del TPP sirva como marco normativo para que la superpotencia siga instalando sus propias reglas a nivel global.
 
Según la CEPAL, el TPP busca establecer una asociación estratégica que trascienda lo comercial, incorporando de esta manera cuestiones económicas, financieras, científicas, tecnológicas y de cooperación. En este sentido, entre los objetivos del TPP se encuentra reducir los costos de transacción, pero su alcance pretende ser más amplio.
Por el lado de América Latina, este acuerdo del Transpacífico claro está no puede dejar de tener sus efectos colaterales geopolíticos, esto, más allá de los lógicos sacudones económicos que la firma del TPP implica para las economías regionales y que aún hoy resultan difíciles de medir en razón de la enormidad del acuerdo y de los múltiples factores que entran en juego. De entrada, lo primero para subrayar es que se encuentran involucrados 3 países de nuestra región: México, Chile y Perú; cabe preguntarse qué acontecería si algunos de los puntos implícitos o explícitos del tratado entraran en conflicto de interés con potenciales acuerdos continentales de la hoy debilitada UNASUR,  o bien del MERCOSUR o bien la CELAC. Numerosos analistas advierten sobre la posibilidad de un mayor debilitamiento respecto de los avances logrados en materia de integración regional en los últimos años.
Como antecedente inmediato, ya en 2011, la conformación del bloque Alianza del Pacífico integrado por Chile, Perú, Colombia y México (y otros países latinoamericanos con posibilidades de incorporarse) había disparado una alerta contra los intereses de los bloques continentales debido a una posible fragmentación de los mismos.  
Y casualidad o causalidad mediante, el TPP viene a firmarse justamente en un momento en que el proceso de regionalización latinoamericano se encuentra ralentizado, producto en parte de la desaceleración económica regional y/o de crisis políticas que viven algunos de sus países impulsores como lo son Brasil y Venezuela o por el giro en cuanto a su política regional que ha dado el nuevo gobierno argentino, priorizando justamente un refuerzo de sus relaciones con el eje del Pacífico y un acercamiento bilateral a la potencia estadounidense.

Geopolítica Estados Unidos y Rusia 2016 por Damián Jacubovich



Geopolítica del encuentro entre Barack Obama y Vladimir Putin en Nueva York 
Por Damián Jacubovich
Esta semana se encontraron nuevamente a solas B. Obama y V. Putin, algo que no acontecía desde el 2013. Dicen que al principio de la reunión, el “cara a cara” entre ambos mandatarios fue de lo más glacial. Para Putin, sin dudas, un regreso anhelado al escenario geopolítico mundial. Para Obama, una muestra más de su sorprendente pragmatismo. El eje fundamental del encuentro: Siria y el Estado Islámico.
Antes del encuentro, ambos presidentes habían esgrimido marcadas divergencias respecto del destino reservado al actual mandatario sirio Bachar al-Assad. Para Rusia, éste representa por ahora, una pieza clave, para mantener la estabilidad en la región; mientras que para Occidente, su salida del poder, sería la única alternativa para terminar con la guerrilla ortodoxa islámica.
Por eso, no dejó de resultar una sorpresa para muchos, que luego de 90 minutos de intercambio a puertas cerradas, el hombre fuerte del Kremlin saliera y describiera el encuentro como “constructivo y sorprendentemente abierto.
Definitivamente alejados del promocionado relanzamiento de las relaciones ruso-americanas anunciado por Barack Obama a días de su primera elección en 2008, los vínculos entre ambos países, recordémoslo, se habían enfriado luego de que la Federación Rusa apoyara primero al régimen sirio en su resistencia al “lifting político” originado por la llamada “Primavera Árabe” y luego por la anexión rusa al territorio -entonces ucraniano- de Crimea.
¿Cómo explicar entonces este nuevo acercamiento diplomático entre las dos mega-potencias mundiales? Dos hechos geopolíticos han sido fundamentales: primero, el incuestionable papel constructivo jugado por Rusia en las normalización de las relaciones entre Irán y Occidente; y en segundo lugar la retórica de Putin en lo que respecta la prioridad de luchar y acabar con la nueva amenaza global  que representa el grupo terrorista el Estado Islámico.
En esta pulseada diplomática, Vladimir Putin, a diferencia del bloque occidental, parece saber perfectamente lo que quiere: conservar su influencia en Siria, tal vez el último resplandor en Medio Oriente de lo que fue alguna vez la Unión Soviética; y además sabe lo que no quiere, por un lado que Bachar al-Assad termine como Kadhafi; y por el otro lado evitar un derrumbe socio-político como el acontecido en Irak. Frente a él, la situación de Barack Obama aparece un poco más difusa, su descrédito internacional en este asunto luego de haber renunciado -pese a haberlo anunciado- en 2013 a bombardear el régimen sirio acusado de haber utilizado armas químicas contra su propia población, lo coloca en una situación mucho más comprometida y volátil.
Finalmente este reencuentro, tampoco puede dejar indiferente a China, que representaba hasta ahora y desde hace casi 2 años, el único país de esta tríada que domina el mundo que podía sentarse a dialogar tanto con una parte como con la otra, pudiendo haber sido ésta, una “ventaja” significativa  que quizás pierda con el acercamiento entre ambas potencias.

Otros audios y videos relacionados con la geopolítica de Rusia por Damián Jacubovich
Escuchar audio o podcasta sobre las relaciones geopolíticas entre EE.UU y la Federación Rusa por Damián Jacubovich
http://www.ivoox.com/geopolitica-rusia-estados-unidos-encuentro-entre-audios-mp3_rf_8752899_1.html

Ver video de las relaciones diplomáticas de Rusia en elmundo