Geopolítica de los drones: el problema jurídico de los disparos robóticos a distancia

 Damián Jacubovich sociólogo especializado en geopolítica nos hace un análisis sobre los conflictos armados del siglo XXI
 
Damián, ¿cuáles son las características de estos conflictos?
A imagen de nuestras sociedades, las guerras evolucionan “gracias” al avance de la ciencia. Nuevos términos hasta hace poco catalogados en el área de la ciencia ficción, hoy se materializan en esta aldea global en la que vivimos: conflictos asimétricos, guerras híbridas, disparos robóticos, drones, ataques cibernéticos, etc.
¿Cuál ha sido la principal innovación tecnológica del siglo XXI en materia de conflictos armados?
A nivel tecnológico militar, la principal evolución de este siglo consiste en poder cometer actos de guerra, sin tener necesidad ni de movilizar ni de poner en riesgo los conscriptos (cuyas muertes hoy suelen ser muy costosas a nivel comunicacional para los gobernantes). Los disparos robóticos a distancia mediante drones o bien los ataques cibernéticos resultan dos buenos ejemplos de esta nueva modalidad.
¿Qué riesgo representa para los demás países este tipo de guerra tecnológica?
A fully armed MQ-9 Reaper taxis down an Afghanistan runway Nov. 4, 2007.   (U.S. Air Force photo/Staff Sgt. Brian Ferguson)(Released)El problema de la tecnología ha sido siempre el mismo, la desigualdad que genera: países que pueden pagarla y países que no. El país que no puede pagar queda en estado de vulnerabilidad al ser atacado por aquellos que poseen una tecnología armamentista superior. En los siglos XII y XIII, los mongoles pudieron conquistar medio planeta porque ellos habían inventado el estribo para el caballo, lo que les permitía liberarse las manos para disparar sus flechas, poseían una ventaja respecto de sus oponentes que los hacía prácticamente invencibles. En el siglo XXI, podemos mencionar como ejemplo, el ataque sufrido en el 2010 por el sistema informático iraní de sus centrales nucleares por el virus Stuxnet enviado por hackers pertenecientes al bloque occidental. Irán no estaba preparado tecnológicamente para contrarrestar ese ataque cibernético, las consecuencias fueron muy costosas para esa nación.
¿Por qué nunca nos informan los resultados de esa guerra secreta de drones contra el Estado Islámico en Siria?
Uno de los problemas que existen en materia de nueva geopolítica militar es que la tecnología corre más rápido que la ley para enmarcarla. En el marco actual, existe la posibilidad de que las máquinas puedan cometer actos de violencia programados, esto implica el poder delegar nuestra capacidad de discernimiento a la hora de cometer dichos actos, un elemento esencial en la atribución de la responsabilidad. El recurrir de forma creciente a la tecnología en materia de hostilidades bélicas pone en relieve cuestiones de alta complejidad relacionados con la responsabilidad legal, teniendo en cuenta, entre otros elementos, la cantidad de personas (civiles y militares) implicados en el proceso que va desde la concepción misma del arma hasta su utilización. ¿A quién se le debe atribuir la responsabilidad de un ataque ilegal cometido por un robot debido a un disfuncionamiento técnico? ¿A la persona autora de la concepción, al operador, a ambos?
¿Cuál cree que será la estrategia de guerra a utilizar cuando el terrorismo utiliza a ciudadanos común y corriente para cometer sus ataques?
drone_2065398bEl caso de Oriente Próximo, es de alta complejidad, entre otras cosas, como dijimos porque ISIS se encuentra diseminado entre la población. La única posibilidad concreta es de mandar tropas sobre terreno. Para la alianza occidental, esto implica un gastadero de plata sin fin, una hostilidad de los habitantes locales que se sienten invadidos por potencias extranjeras, sin dejar de mencionar las muertes de soldados occidentales que generan debates en la opinión pública de estos países, etc.
Lo ideal, desde mi punto de vista, sería que los propios países árabes tomen cartas en el asunto y manden tropas de tierra pero al día de hoy, existen demasiados conflictos de intereses entre los países implicados como Siria, Turquía, Irán, Arabia Saudita, y esto no hace más que beneficiar al Estado Islámico, que entre paréntesis se está haciendo cada vez más fuerte militarmente en África. Los drones son útiles para limpiar zonas o disparar sobre objetivos muy precisos; pero no pueden ejercitar el control de territorios, ni efectuar requisas, etc…
Al no existir prisioneros de guerra, ni soldados dados de baja ¿cómo controlar la guerra liderada por los drones?
El tema de los llamados disparos a distancia también genera debate, entre otras cosas, a nivel jurídico. Un ejemplo: en agosto del 2015, Royal Air Force (RAF), el ejército británico mató a dos yihadistas ingleses quienes se transportaban en un vehículo con un dron reaper cuyo valor es de 15 millones de dólares a casi 5 mil kilómetros de distancia. El hecho desató una ola de críticas por parte de las organizaciones defensoras de los derechos humanos. La guerra de esta manera se vuelve unilateral, suprimiéndose todo derecho de reciprocidad. El dron es el instrumento de la guerra asimétrica contemporánea. Para algunos analistas, el poder matar un objetivo humano a distancia equivale de alguna manera a volver a implementar la pena de muerte, ya que se mata a alguien violando el derecho internacional que justifica el uso de la fuerza de los Estados solamente en caso de legítima defensa. Nos encontramos cada vez más alejados de la guerra tal como la define Clausewitz (teórico militar prusiano del siglo XIX): un duelo entre dos combatientes o bien una multitud de combates encastrados los unos en los otros.
Con la muerte de los individuos por drones se producen ejecuciones extrajudiciales de personas, culpables o presuntamente culpables de actos atroces, gente que no ha sido juzgada conforme al derecho, ni qué hablar de los errores en la muerte de civiles inocentes por mala definición de una cámara. También hay que mencionar la violación de la privacidad de individuos que son observados durante un periodo de tiempo o bien de países que ven cómo sus fronteras son violadas sistemáticamente por los drones. Numerosas preguntas surgen para ahogarse inmediatamente en una laguna del derecho en la cual recién ahora comienzan los expertos a sumergirse. Drones sí o drones no, la respuesta es compleja.

Desde el 2012 la Revista Rolling Stone advirtió sobre el bajo precio y la conveniencia mortal de la guerra de Drones que lidera Obama en Yemen, Somalia y Pakistán. Sin embargo, ¿cómo analizara que el terrorismo no dé tregua a pesar de que la guerra tecnológica sigue en aumento?
El terrorismo no da tregua porque en primer lugar se ha adueñado de las estrategias de marketing digital de las grandes marcas. Esto puede sonar fuerte, pero ISIS o DAESH como se lo llame; han posicionado una marca entre los jóvenes europeos. En segundo lugar, porque como dijimos el Estado Islámico se encuentra repartido entre las poblaciones y en ese caso, los drones no pueden asegurar el control del territorio, por eso se hace necesario el envió de tropas terrestres. Además, el terrorismo se ve favorecido por la ausencia de los Estados, por eso la mejor arma para luchar contra el terrorismo sigue siendo la inclusión social de las masas vulnerables y eso es tan válido para los jóvenes parisinos como para los de Yemen.
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El tema de los drones se está volviendo incontrolable para los gobiernos. Yo invito a los lectores de tu blog que miren en Internet los precios a los cuales se pueden conseguir drones de vigilancia: a menos de 300 dólares. Si no se hace algo pronto, las ciudades estarán invadidas por los drones con todo tipo de utilización, desde unos padres que quieran seguir los movimientos de sus hijos, peleas entre bandas criminales con drones, drones paparazis, etc.. Los drones pueden actuar desde alturas que los vuelven invisibles. Estamos llegando realmente a las fronteras de un mundo sin espacio para la vida privada imaginado por Orson Wells en su novela “1984”.
¿Qué pasa con las cyber guerras o cyber ataques? ¿Cuáles son los desafíos?
Nuestra dependencia de la tecnología conlleva necesariamente una mayor vulnerabilidad respecto a incertidumbres científicas así como a riesgos de disfuncionamiento técnico que podrían provocar grandes catástrofes humanitarias inéditas, como accidentes tecnológicos mayores, parálisis de los sistemas de salud o de aprovisionamiento de un país debido a la destrucción de las redes informáticas en el marco de las llamadas cyber-guerras. Vale la pena preguntarse qué pasará el día que hackeen el sistema informático de un ejército de drones y una banda criminal pueda utilizarla a su antojo. Frente a esta problemática, algunos expertos sostienen la necesidad de otorgarle poder de decisión a la máquina, y ahí entramos en otro gran debate que es la inteligencia artificial.

Finalmente, ¿qué repercusiones tiene este tipo de guerra tecnológica para países como Colombia?
Colombia está impactada por todo lo que dijimos anteriormente y además al ser un país en estado de guerra con el narcotráfico (esperemos que el proceso de Paz pueda solucionar el otro gran conflicto que tiene Colombia) el desafío es aún mayor, pues el narcotráfico, en razón de su ilegalidad, genera beneficios superlativos que le permiten a las narco-estructuras poder invertir en este tipo de tecnología: tanto para el combate como para la logística. Mientras haya narcotráfico, Colombia será dependiente armamentísticamente de la tecnología militar estadounidense.
Colombia, por distintas razones vive de lleno “las nuevas guerras del siglo XXI, su condición geopolítica, para bien y para mal, la lleva a estar en la vanguardia de este nuevo paradigma y deberá por lo tanto ser también pionera a la hora de resolverlos. Una última conclusión que me gustaría subrayar, es que el hecho de que la tecnología evolucione no significa para nada que la humanidad lo esté haciendo a la misma velocidad, creo que poco a poco se está encaminando pero el camino es aún largo. Lo primero que tenemos que hacer es lograr que la paz sea más rentable que la guerra

Breve historia geopolítica de Irán: de la Revolución Islámica en 1979 hasta el acuerdo nuclear con los Estados Unidos del 2016

Breve historia de Irán: 1979 a 2016 por Damián Jacubovich


Irán, oficialmente, República Islámica de Irán, país de Asia Central. Su capital es Teherán y su población se estima en aproximadamente 80 millones de habitantes. El idioma oficial es el persa y su moneda el rial. La cultura persa es una de las culturas más antiguas de la Tierra. Existen rastros de la civilización Sialk sobre la meseta iraní que datan del año 6000 Antes de Cristo.


Revolución iraní:

La revolución iraní se inicia en enero de 1978 con unas manifestaciones contra el Shah (el rey de Irán). Luego de que huelgas y manifestaciones paralicen el país y su economía, el Shah huyó del país en enero de 1979. Esto significaría el fin de la dinastía Pahlavi que reinaba en Irán desde hacía 53 años. Irán se convierte oficialmente  en una República islámica el 1ero de abril de 1979.

 El Ayatollah Khomeini,  quien era un jefe religioso iraní, un político, y además uno de los líderes de la revolución iraní, se convierte en diciembre de 1979, en el guía supremo del país. El Irán, el guía supremo, es un puesto de duración indeterminado, tiene incluso más poderes que el propio presidente. La República Islámica de Irán es lo que se llama una teocracia. El término teocracia viene del griego (Theós) que significa “Dios” y krátos que significa “poder” ». Teocracia significa entonces « gobierno de Dios ». En la teocracia, el titular de la soberanía es en efecto la divinidad. Según la constitución de 1979 promulgada por el ayatollah Khomeini, todas las instituciones y actividades en Irán se fundan sobre los principios de la ley coránica et del velayat-e faqih (junta de expertos en la ley islámica ). Este principio determina la predominancia del poder religioso sobre el poder político.


Toma de rehenes en la embajada de los EE.UU

Entre el 4 de noviembre de 1979 y el 20 de enero de 1981,  se produce la ocupación y toma de rehenes de la embajada de los Estados Unidos en Teherán. El gobierno del entonces presidente Jimmy Carter rompe las relaciones diplomáticas con Irán, e impone duras sanciones económicas a la entonces joven República Islámica. Estas sanciones asfixiarían a la sociedad iraní durante 35 años.


Guerra Irán- Irak
A principios de  1980, el entonces líder iraquí Saddam Hussein apoyado por las potencias occidentales decide aprovechar la compleja situación política y económica iraní para ampliar el acceso de Irak a la península arábica y adquirir territorios en disputa con Irán.

El 22 de septiembre de 1980, el ejército iraquí invade una parte del territorio de Irán, dando comienzo a una guerra que durará seis años. Los muertos del lado iraní se estiman entre 500.000 y un 1.000.000.


Irán dentro del Eje del Mal
En enero del 2002  George W. Bush designa a Iran junto con Irak y Corea del Norte como pertenecientes al « Eje del Mal ».


Elección de Mahmoud Ahmadinejad 
En la elección presidencial de 2005, Irán da un vuelco en la dirección política, cuando es electo presidente Mahmoud Ahmadinejad. Su presidencia será recordada por una política de confrontación con las potencias occidentales, sobre todo con los Estados Unidos e Israel, habiéndose encontrado numerosas veces al borde de la invasión militar por la administración Bush. También durante la presidencia de Ahmadinejad, se estrecharon muchísimo las relaciones entre Irán y América Latina, sobre todo con Venezuela, conducida entonces por el hoy fallecido Hugo Chavez.


Irán hoy

En las elecciones presidenciales iraní del 2013, es elegido en primera vuelta con el 50%,7 de los votos, Hassan Rohani, presentado como el único candidato moderado de la campaña, con la principal misión de negociar con Occidente para terminar con las sanciones. 

Hasan Rohani logra cumplir el objetivo y el 14 de julio del 2015 se firma el acuerdo nuclear, en dónde las potencias que se reparten el mundo han acordado el levantamiento de las sanciones internacionales que pesaban sobre Irán a cambio de que éste último se someta a un estricto programa que pruebe su voluntad de renunciar a la construcción de la bomba atómica. Desde la firma del acuerdo, las delegaciones de las grandes multinacionales -sobre todo europeas y asiáticas comienzan a abalanzarse hacia Teherán con el objetivo de instalarse en la -hasta hace poco vedada-República Islámica. Esto, sin dejar de mencionar las empresas chinas y turcas que han sabido mantenerse in situ a pesar de las sanciones internacionales. Es que Irán parece haberse convertido en un nuevo "El Dorado" para el capital financiero internacional, tan ávido de negocios en estos tiempos de crisis.

No es para menos puesto que el país representa un mercado de 80 millones de habitantes, en donde más del 70% de la población vive en las ciudades; con una clase media sedienta como nunca de consumir productos occidentales.

Después de 35 años de aislamiento, las necesidades en materia de modernización de infraestructura resultan considerables. Para los expertos en la materia, la República de Irán tardará un tiempo importante en reponerse de las secuelas inherentes al bloqueo impuesto por Occidente. Las clases medias y populares han sido las primeras en pagar el precio con un derrumbe trágico de su poder adquisitivo así como un aumento galopante de la tasa de desempleo, estimada hoy en un 20 por ciento.

El regreso de Irán a la Geopolítica Mundial
Con el regreso de Irán, la geopolítica de Medio Oriente ha recuperado, o mejor dicho, legalizado un actor fundamental para la tan anhelada pacificación de la región. Irán, en su flamante regreso como potencia regional, ha de jugar seguramente un rol fundamental en la lucha contra el nuevo enemigo global de Occidente, el Estado Islámico, así como en los actuales conflictos en Siria, Irak y Yemen. Asimismo, Irán posee, ni más ni menos, que las segundas reservas probadas de gas y la cuarta de petróleo, lo cual tampoco deja de sacudir seriamente la geopolítica mundial de los hidrocarburos. De más está decir, que la reinserción de Irán a la geopolítica mundial, ha causado una gran preocupación en sus dos enemigos más acérrimos de la región: Israel y Arabia Saudita.


El camino para Irán no se anuncia fácil. El déficit en infraestructuras es inmenso. La necesidad de inversiones, gigantescas. Pero nadie podrá robarle el hecho que después de muchísimo tiempo, la gran civilización persa ha retornado y se encuentra en boca de todos.
 
Fotos e imágenes del geopolitólogo Damián Jacubovich





 

Geopolítica de Medio Oriente: Estados Unidos e Irán fin de luna miel




Desafíos tras la victoria de Hassan Rohani en las últimas elecciones presidenciales de 2017
A nivel internacional, seguramente uno de sus principales desafíos de Hassan Rohani será “mantenerse a flote geopolíticamente” luego de que Irán haya sido declarado en mayo de este año por la administración Trump como nuevamente integrante el eje del mal junto con el Estados Islámico.
A nivel nacional, los desafíos del flamante presidente electo se orientarán seguramente a re enderezar una economía que no ha sabido levantarse pese a lo habían anunciado luego del celebrado acuerdo nuclear. Para eso la lucha contra la corrupción, las corrientes político-religiosas más conservadoras, así como los clanes económicos existentes al interior de la República Islámica se anuncian como fundamentales.
 
Peso de Irán a nivel regional
El rol de Irán, ha sido, es y será clave en la estabilidad de la región. Su liderazgo y ascendente al frente de las distintas corrientes chiitas de Medio Oriente lo hacen un actor clave en las zonas geopolíticas más calientes de la región: Siria, Yemen, Irak, etc.
 
La relación de Irán con los EEUU de Trump
Yo creo que podemos hablar del fin de una efímera Luna de miel entre Irán y Estados Unidos. Queda claro que Donald Trump, en lo que a Medio Oriente se refiere, ha elegido sus dos aliados principales en la región: Israel y Arabia Saudita. Dos países con un enemigo en común, el propio Irán. Ya en sus declaraciones durante la campaña, Trump había declarado que el acuerdo nuclear había sido uno de los peores acuerdos de la historia firmado por los Estados Unidos. Varias razones para presuponer que las relaciones entre ambos países se anuncian geopolíticamente complicada. Si Irán pretende seguir siendo oficialmente aceptado por la llamada Comunidad Internacional deberá de seguro, por un lado, “no cometer errores” en lo que a la transparencia de su programa nuclear se refiere y por el otro, aferrarse al acuerdo nuclear firmado con las otras potencias como garantía de supervivencia en un mundo de paradigmas volátiles en esta nueva era trumpiana.  

La era Obama: un idilio entre Irán y Estados Unidos que duró poco
Quién hubiese dicho hace tan sólo unos años atrás que a comienzos del 2016 el mundo se encontraría con un Irán posicionado como la nueva “niña mimada” de Occidente? Y a la vez, un resplandeciente "El Dorado" para el capital financiero internacional, tan ávido de negocios en estos tiempos de crisis. Todo bajo la mirada “despechada” de sus dos acérrimos enemigos regionales: Israel y Arabia Saudita.
En paralelo, Irán y Estados Unidos viven una verdadera luna de miel diplomática de tipo all inclusive: en el canje de presos del último 16 de enero, Teherán ha liberado cinco estadounidenses, entre ellos un periodista. Por su parte, Washington dejó en libertad a siete iraníes. Y para confirmar que Irán está dulce, se resolvió un antiguo litigio que mantenía con el gobierno estadounidense. Éste último desembolsará la suma de 1.700 millones en compensación de una compra de armamento anterior a la Revolución Islámica de 1979 que nunca había sido entregada.
El pasado domingo, día oficial del levantamiento de las sanciones luego del visto bueno del bloque occidental respecto al cumplimiento por parte de Irán del pomposo acuerdo nuclear de mediados del 2015, el presidente iraní Hasan Rohani, en sus primeras declaraciones oficiales al respecto, celebró la “victoria política” de Irán afirmando que se abría “un nuevo capítulo en la historia del país”. Razones no le faltan para descorchar después de 35 años de aislamiento y una constante amenaza de invasión durante la era Bush.
El propio Rohani se encargó de resumir los beneficios para su país que supone el fin de la penitencia. “A partir de hoy las empresas pueden volver a utilizar los canales legales para hacer negocios, los bancos iraníes volverán a operar con normalidad, se han levantado los límites a la exportación de petróleo y podemos comprar repuestos de aviación, lo que aumentara la seguridad para nuestros pasajeros; además recuperaremos el dinero que, con el pretexto de las sanciones, nos habían congelado en entidades extranjeras”.
La decisión también fue celebrada por el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, quien sostuvo que "las relaciones entre Irán y el organismo entran ahora en una nueva fase", por lo que "es un día importante para la comunidad internacional".
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, aseguró que "cada una de las vías hacia una bomba nuclear fueron cerradas de forma verificable, lo que hace a Medio Oriente un lugar más seguro".
Pero que el árbol no tape el bosque: las cosas no pasaron del negro al blanco en un día. Irán sigue siendo aliado estratégico de Rusia tanto como Estados Unidos de Israel y Arabia Saudita, teniendo en cuenta que existe contraposición de intereses entre iraníes y estadounidenses en los conflictos de Siria y Yemen.
Con el regreso de Irán, la geopolítica de Medio Oriente ha recuperado, o mejor dicho, legalizado un actor fundamental para la tan anhelada pacificación de la región. Asimismo, debemos tener en cuenta que Irán posee, ni más ni menos, que las segundas reservas probadas de gas y la cuarta de petróleo, lo cual tampoco deja de sacudir seriamente la geopolítica mundial de los hidrocarburos.
El camino para Irán no se anuncia fácil. El déficit en infraestructuras es inmenso. La necesidad de inversiones, gigantescas. Pero nadie podrá robarle el hecho que después de muchísimo tiempo, la gran civilización persa ha retornado y se encuentra en boca de todos.

Fotos e imágenes del geopolitólogo Damián Jacubovich
 

Análisis geopolítico de la re captura del narcotraficante mexicano Chapo Guzmán


Click en el link para ver el video del geopolitólogo Damián Jacubovich analizando la re captura del narcotraficante mexicano Chapo Guzmán

 


Trasfondo geopolítico de la recaptura del Chapo Guzmán

Detrás de la fuga y recaptura de uno de los hombres más poderosos del mundo se encuentra un drama qué es el narcotráfico, no sólo para México sino para toda la región latinoamericana.
La realidad es indica que podrán capturar y/o matar decenas de “chapos guzmanes”, se producirá el mismo efecto: es decir, volverá a aparecer otro. No por nada, a este tipo de eliminación o captura, en la jerga militar, se la llama “cortar el césped”, dejando claro de que siempre vuelve a crecer.  
Es que el narcotráfico, junto con la venta de armas, es ni más ni menos que la industria más rentable del planeta, para colmo de males, estos dos lobbies se encuentran íntimamente relacionados.
Se calcula, grosso modo, qué 1 kilo de cocaína pura, tiene un costo de fabricación de 1.000 dólares en las selvas latinoamericanas, y puede llegar a venderse a 50.000 dólares en algunos barrios estadounidenses o europeos. De esta manera, los beneficios del narcotráfico son demasiados atrayentes para los jóvenes de barrios marginales (y no tan) inmersos en una ola consumista en dónde el dinero representa el único Dios verdadero.  En las paredes de algunas cárceles de centro-américa, puede leerse una frase que resume el porqué de esta mano de obra inagotable que abastece al narcotráfico: “más vale vivir como rico 5 años que 60 como pobre”.  
La violencia generada por el narcotráfico en México ya ha causado más de 60.000 muertos desde que ha comenzado la ofensiva militar del ex presidente Felipe Calderón en el 2006. Y las cifras continúan en aumento de manera dramática durante el actual mandato de Enrique Peña Nieto.
Los expertos se preguntan acerca del futuro de México teniendo en cuenta que, por un lado, los carteles de la droga nunca han sido tan poderosos, y que por otro lado, la política militarista del estado ha sabido generar una violencia sin precedente en dónde el propio Estado mexicano parece no tener el control de su territorio, poniendo en jaque de esta manera su propia soberanía. La desaparición de los 43 estudiantes representa un ejemplo de lo más macabro.
Si algo ha quedado claro en los últimos 30 años, tanto en el caso colombiano como en el mexicano, es que el militarismo, lejos de solucionar el problema del narcotráfico, en el mejor de los casos, logra desplazarlo hacia algún otro país del continente, o bien más pobre o bien con menos experiencia en la lucha contra las narco-organizaciones; de ahí la necesidad de pensar regionalmente la problemática de esta oscura plaga que azota nuestro continente.
Y por supuesto está el tema de la dependencia que la lucha desigual entre los “pobretones” estados latinoamericanos y los poderosos carteles de la droga genera. Para combatir la tecnología y el poderío militar que el narco-sistema puede pagar a sus anchas, la ayuda internacional se hace imprescindible, por no decir vital, siendo los Estados Unidos, el único país que ofrece este tipo de ayuda, y en ese sentido, nada es gratis, bien lo sabe nuestro continente.

Imágenes del geopolitólogo Damian Jacubovich experto en narcotráfico